6 de noviembre de 2014

Black Hole

No sabía qué hacer.
Se encontraba en un mar de lágrimas sin motivo, y su cuerpo temblaba con la más mínima brisa del viento.
Era ese vacío inexplicable de nuevo, esa incertidumbre y esa inseguridad que se apoderaban de él una vez más.
¿Cómo podía terminar con todo eso?

Se había cansado, hacía mucho tiempo atrás que lo había hecho.
Era un muerto en vida, una máquina andante.
No esperaba que eso acabara pronto, ¡pero cómo lo deseaba!

Sus ojos ardían y la luna era su única compañía.
La luna, la oscuridad de la noche, y el viento, sus eternos amantes y cómplices de la vida.

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