3 de noviembre de 2018

Gone

Unshared thoughts
Unspoken words.
Unsheded tears
And silent screams.

In our sleeps we fly
And in our lives we cry
But they don't know
About those wounds.

Someone cares,
You're aware
But you're scared
So you don't dare.

When will it be that time?
When you're just hip and bones
Or when you're long gone?
Shortly we will know.

Strong and rustic is that skin
It'll keep you hanging there
But the horror will come

And you’ll hear their screams.

30 de octubre de 2018

Flower end

Did you know that flowers cry too?
Did you know that your footsteps hurt?
Oh, did you know…
Did you know…


Did you know that quietness is dangerous
Because you’re left alone with your thoughts
And in that hole
They drag you down even further


Just say the word and I’ll jump
Don’t need to punch or hurt
Just say it
So it all can end.


How many tears will you shed then?
Would you take it back or don’t give a damn?
It doesn’t matter, no it won’t
Cuz I’ll be long gone.


Oh, did you know that flowers die
Just by the whispers of your words?
They will never grow back again
And you’ll never be the same.

4 de mayo de 2018

Lágrimas de remordimiento.


Hoy lloré por ti, por tu dolor.
Por esa mirada de aflicción y de temor.
Por esos gritos que no llegan a ser escuchados.
Por ese llanto desgarrador al ser asesinado.

Hoy lloré porque no busco tu perdón.
Porque tu nobleza es tal, que no logro entenderla.
Porque tu belleza es destruida por mis manos asesinas.
Y porque tu cuerpo es consumido por mi codicia e ignorancia.

Hoy lloré no sólo por ti, sino por los miles de ustedes que consumí.
Lloré por mi especie, y por los miles de ustedes que asesinan por avaricia.
Lloré de frustración, por sentirme inútil al no poder salvarlos.
Pero sobre todo lloré sabiendo que, si te pido perdón, tú me lo concederías sin dudarlo.

27 de septiembre de 2016

"Para siempre"

Fandom: Inuyasha
Pareja: Sesshomaru / Rin
Contenido: Rated K
Advertencias: Drama
Género: Angustia. 
Tipo: Drabble.
Palabras: 622.
Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, pertenecen a Rumiko Takahashi. Yo sólo los ocupé para crear este fic.


Para Siempre


La noche era fría. El viento no paraba de soplar en sentido contrario a nuestras pisadas. Mientras más avanzábamos, un sentimiento de desolación invadía mi pecho. Realmente… ¿había regresado a aquel día?

—Señor Sesshomaru… ¿no podemos ir más despacio? —dijo Jaken a mi lado, con la voz agitada y la lengua prácticamente fuera. Lo miré un segundo, sin expresión de repudio ni tampoco amabilidad.

—Jaken, quédate aquí —le dije antes de adentrarme por unos arbustos, lejos de él. Probablemente se dio cuenta, a través de mis ojos, hacia dónde me dirigía. La aldea en la que dejamos a Rin se encontraba muy cerca de ahí. 

Había pasado un año desde aquel entonces, y mis pisadas se hacían cada vez más pesadas conforme me iba acercando al lugar. ¿Qué estaba haciendo? Visitar su tumba no me la regresaría a la vida.

Aun así, quería verla. Quería tratar de sentirme cerca de ella, tan sólo por una última vez. 

Todo era tan silencioso en los alrededores, no se lograba escuchar más que el sonido de las ramas de los árboles moverse con el viento. Sin embargo, aquella quietud tan sólo aumentaba el vacío que sentía al estar frente a la tumba de Rin. 

Ésta se encontraba limpia y decorada con pequeñas coronas de flores. Al parecer, los aldeanos se habían ocupado de mantenerla así y recordado la fecha en la que murió.

—Rin —pronunció mi boca su nombre, muy por lo bajo. Hacía un año que no la mencionaba, y volverlo a hacer trajo muchos recuerdos a mi memoria. Buenos recuerdos—. ¿Te gusta el lugar al que fuiste? —pregunté, no con la esperanza de escuchar una respuesta, mas sí con el deseo de calmar mi propia inquietud. Aun así, conocía a la perfección que ella se encontraba en un lugar tranquilo, muy lejos de mí. A pesar de que ella vivió por varios años a mi lado, su personalidad siempre fue la misma. Su pureza, fácilmente confundible con ingenuidad, se mantuvo intacta durante todo el tiempo que estuvo en éste mundo—. No puedo llegar donde estás, Rin —continué hablando. Le había prometido, hace muchos años, ir a cualquier lugar en el que se encontrara, volando. Sin embargo, ella ahora estaba en el único lugar al que no permiten la entrada a demonios como yo—. Esta vez.. no podré alcanzarte —callé por varios minutos. Me limité únicamente a observar su tumba y cómo el viento se llevaba varios de los pétalos en ella. Aquel vacío que me invadía continuaba ahí, sin saber exactamente cómo poder eliminarlo de mi interior. 

—Hace muchos años me preguntaste si te recordaría cuando murieses —volví a hablar. ¿Por qué, luego de casi un siglo de ello, he recordado su pregunta?— La verdad es.. que te recuerdo todos los días —Los árboles callaron y un extraño nudo en mi garganta se hizo presente. La única  vez que había sentido aquello, fue hace un año, aquel mismo día mientras ella moría en su lecho y en frente de mis ojos. Sus arrugadas manos sostenían las mías, con lo poco de fuerza que les quedaban, y su rostro me sonrió por una última vez, con calidez y sinceridad propias de ella. Yo no pude hacer más que mirar cómo su alma se alejaba de su cuerpo en un suspiro, y su calor se disipaba en aquel mismo instante.

—Rin.. —musité—, te echo de menos —Moví los labios, pero no había logrado emitir sonido alguno; y es que la aflicción que me asedia me lo impidió por completo.

Vi cómo el alba se empezaba a mostrar detrás de los árboles y, a lo lejos, escuchaba a un par de aldeanos hablar. Había llegado el momento de marcharme.

23 de diciembre de 2015

Plumas en la memoria.

No puedo explicarle al mundo todo lo que siento por ti ni porqué lo hago, pues la mayoría no lo entiende ni jamás se molestarán en comprender mi dolor. Te convertiste en una parte fundamental en mi vida desde el momento en que te vi, a pesar de recordar cuánto miedo tenía de tocarte y que me lastimaras. Estaba equivocada, fuiste la única que no me lastimó en el poco tiempo que compartimos.

Siempre me preguntaré qué hice yo para recibir tanto amor de tu parte. Me celabas; esperabas por mí a que llegara; me llamabas y te gustaba pasar tiempo juntas, igual que a mí. ¿Por qué? Aunque te lo hubiese preguntado, tú no me podías dar una respuesta; sin embargo, no necesito de una respuesta. Me hiciste feliz, y sé que yo te hice feliz lo más que pude. Hay días en los que me arrepiento de no haberte prestado atención cuando me llamabas, porque estaba muy ocupada o sin ganas de levantarme, pero sin importar aquello, para mí siempre serás parte de mi vida.

No sé dónde te encuentres ahora, mas espero que estés junto a los demás a quienes amé y me amaron de igual manera. El lazo que teníamos ambas jamás se romperá, porque lo he guardado en mis recuerdos junto a los buenos momentos y locuras que pasamos tú y yo.


No creo volverte a ver de nuevo, pero el amor que me mostraste por todos los años que viviste. lo recordaré como el más puro y sincero que alguien me haya brindado durante toda su vida.