21 de agosto de 2014

Ya no quiero escribir sobre amor

Y una vez más se encontraba arrancando la hoja de papel de su cuaderno y lanzandola al bote de basura a su derecha, no muy lejos de la puerta de su habitación. Tenía que escribir algo para su clase del día siguiente, algo que lo representara sin la necesidad de ser esta una biografía o descripción sobre él mismo y su vida. Podía ser un poema, o una historia ficticia como él de protagonista.

Pero su mente no trabajaba más que en pensamientos absurdos que desearía no tener. Los odiaba, tanto como levantarse temprano (pero no más).

Se exaltó al escuchar un golpe en la puerta. Había sido leve, casi sordo si él no hubiese estado sumido en otras cosas haciendo que en su mente resonara.

Era su padre, preguntando que era lo que había causado tanto ruido. Ambos miraron alrededor de la habitación. Claro, su lámpara se había roto en un intento desesperado de conseguir inspiración.  Su padre se marchó ante la explicación y él se echó sobre su cama, golpeando ligeramente el cuaderno con la punta del lápiz.

No tenía más opción. Su cerebro no cooperaba y pasaban ya de las once de la noche. Él no planeaba perder sueño por una tarea estúpida, no lo valía.

*
Un latido, un dolor, y un sollozo.
Las pisadas marcan tu lejanía, y las respiraciones tu indiferencia.
Ya no quiero escribir sobre amor,
O sobre corazones rotos. ¿Cuál es la diferencia, después de todo?

El viento sopla y se va, y yo me quedo.
Las personas vienen y van, pero yo observo.
¿Dónde estás?  Una vez más no viniste.
Espero por tu llegada, aunque sea en vano.

Vivo ilusionado, perdido.
Me desconecto y nunca más vuelvo,
Ya me he ido lo suficientemente lejos de aquí como para saber que no me necesitas. Aún así, sigo esperando.

Ya no quiero parecer un loco obsesionado, pues no lo soy.
No eres obsesión, sólo la parte de mí que se aleja sin saber.
Esa que se despega del padre, para jamás regresar.
Sin saber.

Aquí sigo, una vez más, escribiendo sobre dolor.
Pero ya no quiero escribir sobre amor.
¿Qué hago, antes de tirarme al precipicio?
Sólo pensar, pensarte... desde lo más profundo de mi mente.

15 de agosto de 2014

I try, I tried... I quit.

Caí nuevamente, en aquella oscuridad a la que no quería volver.
Caí en ese pequeño espacio que yo mismo creé, y el cual había abandonado.
Volví, me hiciste volver; me hiciste querer intentarlo, y retroceder en el último instante.
Me hiciste darme cuenta que estoy dañado, y que mi lugar está en ese agujero.

Nada me sostuvo, simplemente me lancé al vacío.
Pero yo no tengo alas, entonces... ¿Por qué?
Arriesgar y perder, la historia se repite una vez más.
Sin embargo, no te fijaste que realmente arriesgué, y mucho menos que perdí.

Me escondo, huyo, lloro, y a la vez sonrío.
Porque, así soy, ¿no?
No lo sé, no quiero saberlo, nunca lo sabré.
Sólo déjame cerrar los ojos y lanzarme nuevamente, siendo sostenido únicamente por mi mente.

Sólo aléjate, que yo haré lo mismo.
Sólo no intentes caber en este agujero, pues únicamente quepo yo.
Sólo déjame sumido entre lágrimas y risas, entre el pasado y el presente.
Sólo deja que el karma se encargue de mi cuerpo y alma.